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¿Por qué en el ámbito educativo? 

La misión general de cualquier educador católico, sin importar el entorno, es ayudar a los estudiantes a cumplir su vocación principal: crecer en santidad. Dentro de este amplio contexto, cuando una escuela o un educador decide promover las vocaciones, tiene la tarea más estrecha de ayudar a los jóvenes a discernir la voluntad de Dios para sus vidas. Mientras trabajan para lograr este objetivo, los educadores solo necesitan crear un ambiente donde los jóvenes puedan escuchar y responder al llamado de Dios. El Espíritu Santo hará el resto.

Los estudios muestran continuamente que aproximadamente 70% de los recién ordenados primero pensaron en convertirse en sacerdotes antes de los 18 años de edad. Los adolescentes, muchos de los cuales están al menos abiertos a la idea de una vocación sacerdotal o religiosa, necesitan mejor educación, inspiración y apoyo para que su vocación pueda madurar. Esto requiere “plantar semillas” a través de la educación y la invitación. Cuando los niños aprenden en la escuela a discernir la voluntad de Dios, florecen las vocaciones.

Si es nuevo en la creación de una cultura de vocaciones en su salón de clases, haga clic en la Fase I a continuación.

Fase I

Sentar las bases

Las actividades de la Fase I son de vital importancia para el éxito temprano y a largo plazo de una Pastoral Vocacional: son la base sobre la que se asientan todas las demás actividades.

Más información sobre la Fase I >>

Fase II

Establecer una presencia

Si bien Dios inspira todas las vocaciones, los programas y actividades pueden invitar y alentar a las personas a estar abiertas al llamado de Dios a una vocación religiosa.

Obtenga más información sobre la Fase II >>

Fase III

Pasando la voz

Un ministerio en la Fase III generalmente se enfoca en actividades de toda la escuela que generan conciencia sobre el discernimiento y afirman a aquellos que han dicho que sí.

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Fase IV

Expansión del alcance del ministerio

Durante la Fase IV, un ministerio puede expandir su alcance más allá de sus muros y probablemente se centre en actividades como una Feria de Vocaciones o una Exhibición de Inspiración.

Obtenga más información sobre la Fase IV >>

Endosos para la cosecha 

"La cosechacuenta una historia convincente de por qué la pastoral vocacional es crucial en un entorno educativo. Mejor aún, ofrece un plan claro e instrucciones paso a paso accesibles para la implementación en su entorno educativo”.

– Jessica Hickey, Directora de Catequesis, St. Boniface 

 

“¡Este libro es un REGALO absoluto! ¡No hay nada que a los maestros les guste más que los ejemplos concretos que pueden implementar fácilmente en el aula, y The Harvest está repleto de actividades y lecciones listas para usar!  

Meris Bridger, maestra de escuela secundaria católica  

  

“The Harvest proporciona una hoja de ruta prescriptiva para navegar por los caminos hacia el aumento de vocaciones en nuestra diócesis, y también lo será para su diócesis. Recomiendo encarecidamente este fantástico recurso para sus escuelas católicas y diócesis”.

William Crist- Superintendente de Escuelas, Diócesis Católica Romana de Syracuse 

 

“Este recurso será de gran bendición para los maestros, instructores de educación religiosa y padres, ya que acompañamos a los jóvenes y los ayudamos a escuchar la suave voz del Espíritu Santo, que llama a cada uno a ser un discípulo de Cristo”. 

Hermana John Dominic Rasmussen, OP Directora de Discípulo de Cristo, Educación en la Virtud 

  

“Con una gran cantidad de estrategias prácticas para que las escuelas las implementen, Rhonda ha compuesto maravillosamente un manual muy necesario para nuestra Iglesia. ¡La Cosecha debe estar en manos de todos los pastores y directores de escuelas católicas!” 

Kyle M. Pietrantonio, Director Ejecutivo de Duc In Altum Schools Collaborative 

 

“Saber que los educadores de una diócesis han llegado a abrazar con entusiasmo “la misión central de traer intencionalidad y oportunidades concretas para el discernimiento vocacional” al esfuerzo educativo a través de este libro, da un impulso renovado a los esfuerzos para llamar a los segadores.”

Reverendísimo Douglas J. Lucia, obispo de Syracuse 

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