El impacto de San Alfonso de Ligorio en Vocation Ministry

San Alfonso de Ligorio ha influido en nuestro ministerio de muchas maneras y quería compartir por qué es tan importante para mí. Soy un converso de “poco” a la fe católica desde 1999, y pedir a los santos que oraran por mí era extraño, por decir lo menos. Tenía mucho que aprender y eso es lo que hice durante los siguientes diez años. Crecí en la fe y me enamoré del catolicismo.

Cuando mi familia y yo nos mudamos de parroquia y conocimos a un nuevo sacerdote, el P. Víctor, quien me pidió que dirigiera un comité parroquial de vocaciones en 2011, estaba muy emocionado porque dijo que esto era muy importante para nuestra parroquia. A decir verdad, sin embargo, NO tenía IDEA de lo que significaba la palabra vocación en el contexto católico.

Esa noche fui a casa y busqué en Google "¿Qué es una vocación?" y encontré a San Alfonso de Ligorio, patrono de las vocaciones! Bueno, eso era todo lo que necesitaba. Él y yo ahora somos mejores amigos. Pido su intercesión constantemente mientras me siento presionado a promover vocaciones de maneras más grandes e impactantes.

Un amigo mío me permitió conservar conmigo una reliquia de primera clase de este maravilloso santo mientras escribía mi primer libro sobre la promoción de vocaciones. Su reliquia permanece conmigo mientras continúo este trabajo de vocaciones.

Amo a los santos y cuento con su ayuda cada día, ¡especialmente a San Alfonso de Ligorio! Vocation Ministry se ha convertido en una organización internacional sin fines de lucro que promueve vocaciones y necesita sus oraciones. ¡San Alfonso, ruega por nosotros!

El impacto de San Alfonso de Ligorio en Vocation Ministry

Alfonso Ligorio nació cerca de Nápoles el 27 de septiembre de 1696, el mayor de siete hermanos. A diferencia de la mayoría de los hombres de la época, Alfonso no pudo ingresar al ejército debido a problemas de salud, por lo que su padre se encargó de educarlo en la profesión jurídica. Alfonso se convirtió en un abogado de gran éxito, pero tras perder un caso importante (el primero en ocho años de práctica), decidió dejar la profesión jurídica. Durante muchos años, Alfonso había escuchado un llamado interior del Señor que lo instaba a “dejar el mundo y entregarse a Mí”.

En 1723, Alfonso ingresó como novicio en el Oratorio de San Felipe Neri. Después de su ordenación, vivió entre los jóvenes marginados y sin hogar de Nápoles, donde se hizo popular por su predicación simple y llana.

Mientras atendía a las víctimas del terremoto de 1731, Alfonso tuvo una visión de la Virgen Madre en la apariencia de una joven vestida con un velo blanco. A su regreso a casa, conoció a una hermana religiosa que le reveló que tuvo una visión de él formando una orden religiosa. Menos de un año después, después de mucha oración y discernimiento, Alfonso fundó la Congregación del Santísimo Redentor.

En 1762, el Papa Clemente XIII nombró a Alfonso obispo de Santa Águeda de los Godos, una diócesis en el sur de Italia. Al encontrar más de 30.000 hombres y mujeres sin instrucción y más de 400 sacerdotes indiferentes, Alfonso centró su trabajo en reorganizar el seminario y las casas religiosas, así como en instruir a las familias y enseñar teología.

San Alfonso falleció pacíficamente en la comunidad redentorista de Pagani, Italia, el 1 de agosto de 1787, mientras sonaba el Ángelus del mediodía. En 1871, el Papa Pío IX declaró a Alfonso Doctor de la Iglesia, uno de tan sólo 37, por sus importantes contribuciones a la teología y la doctrina de la Iglesia Católica.